Momentos únicos: principios y finales

Hoy voy a hablar sobre los finales. Es algo demasiado abstracto como para incluirlo en un blog temático. Pero he decidido hacerlo en Eliceo porque este espacio si sirve para algo es para aprender y enseñar cosas nuevas. Y hoy quiero dejar mis reflexiones sobre estos momentos tan particulares y exclusivos de nuestra vida: los finales. ¿El motivo? Que después de ocho meses, este es el último artículo que voy a escribir aquí, por el momento. Y hoy me toca afrontar un final. Pero pensemos. Hay finales que son punto y seguido y otros que mueren en el punto. Los hay que se abren a nuevos caminos insondables y los hay que desembocan de nuevo al principio desde donde comenzamos.

Afrontar un final exige sus esfuerzos. El final de un trabajo, el final de unos estudios. El final de una amistad, de un noviazgo, de un matrimonio. El final de una etapa de la vida. El final de una etapa. El final. Y nos persigue incansable allá donde vayamos. Cientos y cientos de finales que vivimos a lo largo de los años y nos dejan la nostalgia del final, la felicidad del recuerdo y el misterio ilusionista del nuevo futuro. No creo que sean malos los finales, si los tomamos como el tránsito de una etapa a otra mucho mejor. Es ese estrecho túnel, esa pequeña ventana, ese mágico portal que nos arranca de nuestro entorno y nos transporta a otro distinto. Sufrimos los miedos de la incerteza, nos cuestionamos: ¿Y ahora, qué va a ser de nosotros?

A veces un final nos conducirá a algo peor de lo que teníamos antes. No importa. También hallará su final y volverá a haber otro principio. Y esto, a fin de cuentas, solo se puede saber probando. Afrontando finales. Solo así podremos saber si lo nuevo será mejor o peor. Después de todo, la vida son ciclos: una montaña rusa de subidas de adrenalina y bajadas de depresión, y entre medias baches y curvas cargadas de acción, vividas a tal velocidad que cuando quieres darte cuenta tienes que afrontar el “peor” de los finales: la muerte. Por eso supongo que dicen que hay que disfrutar de cada segundo, de cada principio y cada final. Así que yo ahora, con vuestro permiso, me voy a coronar con este artículo y voy a disfrutar de los últimos instantes de mi final.

Foto: DigaoSPBR