Schütz utiliza 3 términos fundamental: acción, motivo y proyecto. El término acción designará la conducta humana concebida de antemano, una conducta basada en un proyecto preconcebido. El término acto es la acción cumplida. Toda proyección consiste en anticipar la conducta futura mediante la imaginación; sin embargo, no es el proceso de la acción en curso sino el acto que se imagina ya cumplido lo que constituye el punto de partida de toda proyección. Todos los proyectos de mis actos futuros se basan en mi conocimiento a mano en el momento de la proyección, que pertenecen a mi experiencia de actos previamente efectuados y que son típicamente similares al proyectado, es decir, en circunstancias típicamente similares, puedo actuar de una manera típicamente similar a aquella en que actué para producir un estado de cosas típicamente similar. Motivo es el objetivo que se quiere lograr, el estado de cosas que será logrado por la acción futura, previamente imaginada en su proyecto, es el motivo “para” llevar a cabo una acción (motivos en tiempo futuro) Los motivos “porque” se refieren a experiencias pasadas que se han llevado a cabo, que se pueden entender con base en los antecedentes, el ambiente o la predisposición psíquica del actor (motivos en tiempo pasado) aunque estos permanezcan marginales o directamente ocultos a la conciencia, tienen gran importancia para explicar ciertos aspectos de las acciones.
Foto: zeno.org y revista_sociologos
Ya que Schütz toma de manera insipiente el termino acción, propongo un paréntesis para comentar la “La acción social” de Max Weber, uno de los padres de la sociología moderna y gran influencia en Schütz.
Por acción debe entenderse una conducta humana, siempre que el sujeto de la acción enlace en ella un sentido subjetivo, referida a la conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo. Son conductas con significado, cuyo sentido está condicionado socialmente y se orienta por las acciones de otros, pasadas, presentes o futuras. Entonces, se debe incluir la presencia del Otro como referente de mi acción y mis expectativas. Weber niega la condición de acción social a las acciones condicionadas por la multitud (“Teoría de las masas” de Freud, otro tema). Tampoco el hecho de la imitación de una conducta ajena, por el contrario, cuando está de “moda” o porque vale en cuanto estamental, tradicional, ejemplar u otro motivo semejante, entonces sí tenemos relación con sentido.
Sólo par a aclarar, veamos los componentes de la acción social:
-Las condiciones de la acción: el contexto en que se encuentra el actor y constituye el marco para el desarrollo de la acción.
-Los instrumentos de la acción: los medios disponibles para la realización de la acción.
-La orientación de la acción: el sentido y dirección que adopta la acción.
Cuando esto ocurre, decimos que el individuo desempeña un papel social o rol: es lo que la sociedad espera que el individuo cumpla en una situación determinada.
Los roles sociales se determinan a partir de orientaciones normativas y encauzados hacia un objetivo compartido; se corresponden con posiciones sociales y contribuyen a establecer las identidades sociales de los actores en las diversas situaciones (Ej: vestimenta diferente entre los militares define el rango y, a su vez, el comportamiento)
Tipos de acción social
-Racional con arreglos a fines: determinada por expectativas, utilizándolas como condiciones o medios para lograr fines propios.
-Racional con arreglo a valores: determinada por la creencia consciente en el valor (ético, religioso, etc.)
-Afectiva: determinada por afectos y estados sentimentales.
-Tradicional: determinada por una costumbre arraigada.
Ahora retomamos a Schütz por medio de la interrelación social. La interrelación de la vida común supone una serie de construcciones de sentido común basadas en la idealización de que los motivos “para” del actor se convertirán en motivos “porque” de su asociado y viceversa. Esto se llama “la idealización de la reciprocidad de motivos”. Sólo el actor sabe “cuándo y dónde termina su acción”. Su asociado no tiene conocimiento del proyecto que precede a la acción del actor ni del contexto de la unidad superior en la cual se inserta. Conoce solamente ese fragmento de la acción del actor que se hace manifiesto para él, a saber, el acto efectuado que él observa o las etapas anteriores de la acción que sigue en curso.
El sentido de una acción difiere inevitablemente: en primer lugar, para el actor; en segundo, para su asociado que participa con él en una interacción y por consiguiente comparte con él un conjunto de significatividades y propósitos y, en tercero, para el observador que no toma parte en tal relación.
Esto tiene consecuencias importantes. Primero, que en el pensamiento del sentido común sólo tenemos la posibilidad de comprender la acción del Otro de manera suficiente para nuestro propósito a mano, y segundo, que para aumentar esta posibilidad, debemos investigar el sentido que tienen la acción para el actor.
Captar el sentido que los actores imprimen a sus acciones implica detenerse en los cursos externos de las mismas para indagar sobre los motivos que las sostienen. Los signos externos, visibles, de una acción no la explican en su totalidad o a veces en absoluto. Que el observador pueda captar el sentido subjetivo de los actos del actor es una mera posibilidad que aumenta con el grado de anonimia y estandarización de la conducta observada. Para conocer esas pautas típicas de interacción el observador necesita involucrarse en los entramados de significación del grupo social para y así conocer los motivos que subyacen a unas acciones.
Resumiendo, podemos decir que la “vida cotidiana” es el ámbito donde viven los actores, donde formulan los proyectos de acción, y donde Schütz aplica la Teoría de la acción. Sus investigaciones abordan las relaciones intersubjetivas que establecen los actores sociales. El observador-científico, por su parte, estudia la “vida cotidiana” y, al hacerlo, interpreta la conciencia del actor que vive en ese mundo. Schütz, utilizando la fenomenología como método-teoría, trasciende interpretaciones inmanentistas de la conciencia para postular una epistemología social.
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