En casi todos los trabajos es cada vez más generalizada la necesidad de hablar con soltura uno, dos o más idiomas.
Los empleados de muchas empresas se ven obligados a mejorar su nivel para emplearlo en el día a día. Por suerte para nuestros pequeños el inglés va a pasar de asignatura obligatoria desde Primaria a una asignatura más desde el parvulario o la guardería. Ellos llegarán a adolescentes con el idioma aprendido. Para todos aquellos que aún no tenemos la suerte de dominarlo voy a daros algunas opciones que yo mismo he usado para aprender y perfeccionarlo.Hace uno años saber inglés formaba parte de la cultura de un individuo. Pero ahora que vivimos en un mundo globalizado, el inglés es la llave que abre todas las puertas empresariales y económicas. Es la lengua oficial por excelencia, el idioma oficial del mundo de los negocios. (Si no os los creéis no teneis más que daros una vuelta por la red). Además, el hecho de que se hable y se oiga en todas partes facilita más su aprendizaje.
La gran mayoría de las empresas, cuando buscan candidatos a un puesto de trabajo, exigen, por lo menos, el Fist Certificate, título que avala el nivel mínimo de conocimiento de inglés. Saber inglés ha dejado de ser un plus para convertirse en un requisito fundamental a la hora de optar a un empleo cualificado o a un ascenso. Los interesados en aprender inglés entienden que se les cerrarían puertas del mercado laboral si no lo conocen, y por eso lo consideran un elemento indispensable en su formación.
Aprender un idioma supone un reto personal (¡ os lo puedo asegurar !) cuya superación influye positivamente en la personalidad, reforzando la autoestima y confianza en nosotros mismos. Pero una cosa es clara: el problema de tiempo es el mayor obstáculo con el que todos nos encontramos para aprender o mejorar nuestro nivel de inglés.
El tiempo. Ese es el gran problema. De ahí que el principal objetivo de los miles de cursos que encontramos por ahí siempre se dirijan a un alumno que sea capaz de utilizar el idioma en el menor tiempo posible y con la menor interrupción de sus cometidos laborales.
Los expertos aconsejan que a la hora de enseñar cualquier idioma se tengan en cuenta las necesidades de cada persona para garantizar y obtener buenos resultados. Saber qué nivel tienes, cuánto dinero puedes gastar y si estás interesado en un tema o sector concreto son premisas básicas antes de decantarte por una opción u otra.
1.- Academia para grupo reducidos.
En los grupos pequeños se pueden enfocar más las clases a la realidad específica. Bolsa, prestaciones, hostelería y turismo, casos empresariales, trabajo en grupo,… La calidad de la enseñanza es más elevada. Desplazarse a las academias puede suponer un inconveniente por la consiguiente pérdida de tiempo que supone en el transporte. Un curso completo de ocho días (ocho horas cada día) puede costar entre 400 y 900 euros - incluyendo almuerzo y comida.
2.- Inglés por Internet.
Para las personas que no pueden perder ni un segundo en desplazmientos. Permite estudiar dónde y cuándo resulte más conveniente. Suelen ofrecer un servicio de tutoría, por teléfono o e-mail, que resulta del todo favorable. La falta de relación personal con el profesor le resta eficacia. Por ello suelen estar concebidos como un complemento de otros métodos más directos. Los cursos en internet pueden ser desde gratuitos hasta unos 500 euros en función del tipo de curso.
3.- Curso intensivo en el extranjero.
Adecuados para perfeccionar la pronunciación y conocer la cultura del país al que se viaja. Las clases pueden ser individuales o por grupos en función del nivel de conocimiento. No son recomendables para aquellas personas que no tengan, al menos, un nivel medio. Como orientación un curso inglés intensivo en el extranjero suele rondar los mil euros a la semana.
4.- Cursos en entornos relajantes.
La metodología empleada permite divertirse además de aprender. Una opción adecuada para quienes no quieran desplazarse a estudiar al extranjero. Al ser cursos de pocos días, sólo se recomiendan como cursos de perfeccionamiento o para objetivos muy concretos. Un curso de tres días con todos los gastos incluidos cuesta alrededor de 600 euros.
5.- Inglés en la propia oficina o a domicilio.
Su principal ventaja es la comodidad de no tener que desplazarse a una academia, y adaptación al nivel exacto de inglés que posea el alumno. Pese a todo, puedo llegar a convertirse en una rutina, con los que la calidad de la enseñanza disminuye.
Hay una gran variación de precios en función del profesor contratado. En torno a 27 euros la hora.
6.- Cursos de desarrollo profesional impartidos en inglés.
Se perfeccina en materia empresarial concreta (contabilidad, marketing, turismo, periodismo,…) pero en inglés, lo que permite manejar una terminología y vocabulario muy especializado en este idioma. Sólo recomendable para aquellos cuyo nivel de inglés sea muy alto. Los cursos especializados rondan los 400 euros aunque te puedes beneficiar de grandes descuentos en función de las academias.
En definitiva, existen diferentes métodos, modelos y lugares en los que practicar, mejorar y perfeccionar el idioma pero existen unas reglas básicas a tener en cuenta independientemente del método escogido:
No obsesionarse nunca con entender. Nadie comprende al cien por cien una lengua, ni siquiera la propia. A menudo es suficiente localizar las palabras y expresiones clave, o practicar el arte de la deducción, que consiste en identificar lo más importante y suponer lo accesorio. Y sobre todo, ser constante y no abandonar.
Para aquellos que todos estos métodos os resulten aburridos y estudiar no sea lo vuestro os recomiendo un reciente descubrimeinto por mi parte (eso sí, debéis ser hombre o gustaros las mujeres). Se trata de la web “Hot for Words”. Una de las nuevas y múltiples maneras que tiene la red de “enseñar” con otro método.
Seguro que hay más de uno que le presta más atención que al profesor de toda la vida.
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