La granja escuela: aula en el campo
14:26h Jueves, 17 de enero de 2008
“-¿De dónde viene la leche?.
-Pues de las vacas hijo.
-Pero, ¿por dónde le sacas la leche a las vacas?
-Eh…por las ubres cariño.
-Pero, ¿qué son ubres?”
Esta y otras escenas pueden sucederse cuando los niños no entienden por qué en su clase le dicen que los alimentos proceden de la naturaleza, y sus padres los traen siempre del supermercado. No creamos que esta confusión sólo ocurre en la etapa preescolar. Algunos niños más mayores, e incluso adolescentes, dudan acerca del origen de determinadas frutas y verduras (“¿pero esto crece en un árbol, en un arbusto o se siembra?”), o del procedimiento que se emplea para extraer la materia prima de los animales en la elaboración de productos.
Existen los afortunados, que han logrado que el abuelo les hable de cuando se levantaba pronto para llevar al ganado a pastar, o cuando la abuela hacía bizcochos con la harina del propio trigo cultivado. Otros ven los huertos desde la ventanilla del coche en los viajes, o en sus vacaciones de verano al pueblo.
Los padres a duras penas consiguen sacar tiempo los fines de semana para llevar consigo a sus hijos, metidos en los carritos de la compra, al tiempo que vacían los estantes y van enseñándoles el tipo de comercio o sección donde se ubican los elementos que papá y mamá van tachando de la lista.
El niño coge el queso, lo llama por su nombre y aprende el pasillo, en el que ir a buscarlo, pero sigue faltándole un eslabón en la cadena que le recuerde, que la oveja o la cabra juegan un papel importante.
Por eso, cuando los mismos centros escolares organizan visitas a una granja escuela, es una oportunidad, que no se puede dejar escapar, para acercar el entorno natural a los niños de primera mano, sin la frialdad y distancia de los libros o las pantallas del cine y la televisión.
Estos centros, mitad granja mitad espacio pedagógico, sirven de puente con su historia y las tradiciones rurales: los oficios de sus abuelos, las costumbres y modos de subsistencia de muchos pueblos, el contacto con animales que no están en su día a día, etc.
Las granjas escuelas no son un escaparate que el pequeño vaya a observar pasivamente, son lugares de enseñanza activa, en los que va a tocar, a arremangarse, a preguntar, y a colaborar en tareas que implican atención, cuidado y algo más que tomar apuntes. No se sale a la pizarra para demostrar conocimientos, las aplicaciones de la teoría se manifiestan al plantar, regar, ordeñar, dar de comer a los animales, limpiar sus habitáculos, etc.
No se olvidan del aspecto lúdico y de formar en un contexto de juego, dando cabida a las risas y la espontaneidad; descubriendo y familiarizándose con la custodia y manejo de los animales y las plantas. “Diviértete en interacción y desarrollo con otros seres vivos”
Suelen dividir las actividades en torno a tres grandes áreas, a través de las cuales van rotando los escolares:
1. El campo y la huerta:
-Aprenden a discriminar entre los diferentes árboles (olivos, limoneros, almendros, higueras) y sus hojas, frutos y colores. Con el retorno a las clases, mostrarán otros matices en sus dibujos al tradicional verde de la copa y marrón del tronco.
-Son protagonistas de la horticultura, al sentir la tierra entre sus dedos, elegir las semillas y recoger los tomates, zanahorias, patatas y calabacines.
-Conocer que las plantas enriquecen no sólo nuestra alimentación y paisaje, sino también la salud (manzanilla como digestivo, azahar para dormir mejor, aloe para las quemaduras…)
2. Los animales y el establo:
-Interrelacionarse con las gallinas, las vacas, las cabras, las ovejas, los conejos, los patos, las tórtolas, los burros, las abejas; ver cómo regalan su lana, su leche, sus huevos.
-Saber qué comen a su vez los animales que los humanos nos comemos, qué hábitos tienen, cuánto tarda en nacer un pollito, por dónde salen los terneros de las vacas o cuánto tiempo está un potro en el vientre de la yegua.
3. La elaboración de los alimentos:
-Se trata de que los alumnos sean cocineros de su propio menú (sano y natural) desde el principio al fin. Empezando con los cereales, frutas y hortalizas, hasta llegar a la pizza y las rosquillas.
-Otro objetivo es reciclar. Enfatizar en el mensaje de que la naturaleza nos da, y hay que valorarlo, agradecerlo y aprovecharlo sin malgastar o abusar. Reciclar materiales de deshecho para elaborar velas, jabón, murales, protector labial, etc., es una buena manera de ejemplificarlo.
La oferta de estos centros es amplísima, y la de sus talleres aún más: hacer conservas, cómo obtener papel reciclado, pastelería y repostería, montar a caballo, artesanía (mimbre, barro, telares), etc. A veces estas visitas acaban transformándose en programas de actividades de varios días, o bien se dan a conocer bajo el formato de campamentos (verano, Navidad o Semana Santa). Entonces los niños, además de las labores de una granja escuela, disfrutan paralelamente de itinerarios didácticos por la zona (a pie, en bicicleta, piragua). Este complemento les permite diferenciar entre animales domésticos y salvajes, reconocer profesiones relacionadas con la agricultura y la ganadería.Por una vez los temas de los libros cobran vida, el aula es el campo y los pupilos están más tiempo de pie que sentados. Todo está pensado para que aprendan desde los juegos cooperativos y medioambientales; reforzando su autonomía en las actividades básicas, fomentando su responsabilidad y esfuerzo para lograr un objetivo común, en el que todos han puesto su granito de arena. Lo que subyace a todas estas tareas es que , desde la autenticidad de la misma actividad en un contexto real.
Y la de sus talleres aún más: hacer conservas, cómo obtener papel reciclado, pastelería y repostería, montar a caballo, artesanía (mimbre, barro, telares), etc. A veces estas visitas acaban transformándose en o bien se dan a conocer bajo el formato de (verano, Navidad o Semana Santa). Entonces los niños, además de las labores de una granja escuela, disfrutan paralelamente de (a pie, en bicicleta, piragua). Este complemento les permite diferenciar entre animales domésticos y salvajes, reconocer profesiones relacionadas con la agricultura y la ganadería. Todo está pensado para que aprendan desde los juegos cooperativos y medioambientales; reforzando su autonomía en las actividades básicas, fomentando su responsabilidad y esfuerzo para lograr un objetivo común, en el que todos han puesto su granito de arena. Lo que subyace a todas estas tareas es que , desde la autenticidad de la misma actividad en un contexto real.Aunque fundamentalmente son colegios los que reservan estas visitas, también pueden hacerlo grupos familiares, amigos o asociaciones. Así que, si tus hijos todavía no han tenido la posibilidad de ir, tienes una oferta muy variada para aproximarles a la flora y la fauna de estos entornos rurales, cualquier fin de semana.
Cuando vuelvan a casa, las preguntas cambiarán, y ahora en el supermercado comentarán un tanto desconcertados “¿dónde están las gallinas y el huerto?”
Me encanto la granja escuela. Quisiera k me orientaran para poder trabajar con niños. Tenemos pensado para este 30 de abril (dia del niño) instalar un modulo de elaboración de productos del campo con niños y me gustaría k me dieran alguna idea para que nuestra presentación sea un exito.
me podrian colaborar con varias actividades para hacerles a los niños de acuerdo altema la granja como para gallinas, vacas y perros