La temporada del año en la que a todos nos preocupa de sobre manera nuestro aspecto se llama verano, pues la elevada temperatura, el sol fulminante y el bochorno incesante nos obliga a aligerar prendas y por lo tanto, a mostrar nuestras carnes y nuestra pocas veces admirable figura ante las miradas inquisidoras de esa bestia cruel llamada sociedad. Y nos aterra.
Entonces la decisión más inteligente y la mayoría de veces menos efectiva, es la de matricularnos a un gimnasio, sudar la gota gorda, dejar de alimentarnos con comida chatarra, tomar vitaminas y levantar cientos de kilos de metal de manera exagerada hasta notar que el cuerpo responda a una forma decente y de apariencia muscular.
En las mujeres pasa lo mismo y hasta exageradamente, la sola idea de pensarse gordas hace que el gimnasio se convierte por unos meses en su segunda casa. Ese día de playa en el que paseen su esbelta figura y sean la envidia de las amigas y la delicia de los chicos hará que el esfuerzo valga la pena.
Lo mismo pasa con nuestro viejo pero consentido coche, llega un momento en el que sólo nos sirve para ocupar espacio en la cochera, sin embargo, tenemos ese sutil y generoso gesto de encenderlo de vez en cuando, casi siempre los domingos, y sacarlo a dar una vuelta con la esperanza de que no se atrofie por estar detenido y olvidado la mayor parte del tiempo.
Pues lo mismo pasa con el cerebro. Según varias investigaciones, el cerebro mantiene sus condiciones cognitivas en mejor estado cuando es utilizado de manera activa en actividades que exijan un mínimo de esfuerzo mental.
A estas actividades se les conoce como ejercicios cognitivos e intelectuales, y conforman la columna vertebral del condicionamiento básico que se le debe dar al cerebro para que todas sus capacidades se mantengan en un buen estado.
Según los especialistas, estas actividades de activación de las capacidades cognitivas, son estimuladas en mayor porcentaje cuando se trabaja de manera especial con la capacidad de observación. El sustento se encuentra en que mediante la observación, los procesos cognitivos son mayores, hay una mayor elaboración de procesos mentales y por tanto, el cerebro se esfuerza y trabaja más.
Es cierto que eventualmente todas las actividades exigen a la observación como punto cardinal para llevar a cabo una tarea, pero la observación aguda que puede requerir cierto tipo de actividades, eleva el potencial de la capacidad visual, y permite un mayor grado de mantenimiento cognitivo.
Como en el auto o en la bicicleta, cuando una función deja de ser utilizada con frecuencia, lo que normalmente ocurre es que esa capacidad se atrofia o al volver a ser usada es deficiente. Igualmente el cerebro posee la capacidad de trabajar excelentemente y elevar sus índices de efectividad de respuesta ante una situación o tarea que es constantemente llevada a cabo. Ocurre lo contrario con aquellas actividades pocas veces repetidas. La constancia debe ser parte de este deporte mental.
Explican las investigaciones de neuropsicología, que la masa cerebral, al igual que los bíceps o tríceps, también añoran esfuerzos físicos que requieran exigir sus funciones. Estas exigencias presentadas durante la ejercitación conllevan al aumento de la circulación sanguínea, lo que procura una mayor limpieza en la sangre, elevar la capacidad de oxigenación del cerebro y una mejor marcha de las redes neuronales. Todo esto se alineará en un resultado obvio: el buen estado y el óptimo funcionamiento de las capacidades mentales.
Así como el gimnasio ambientado para fortalecer y afinar los músculos cuenta con diversas máquinas que priorizan y se centran en determinada parte del cuerpo, también en la gimnasia mental las diversas actividades o funciones mentales permiten mejorar ciertos aspectos de la materia gris. Ya sean tareas intelectuales, actividades que se centren en lo psicomotriz, funciones del lenguaje o del conocimiento, cada una deberá complementar y mejorar una determinada área del cerebro.
Por ende, una capacidad del cerebro se vuelve fundamental para mejorar los resultados de la gimnasia mental: la atención. Cuando uno presta atención, es decir enfoca todas sus capacidades cognitivas hacia una determinada labor o actividad, lo que realmente hace es enfocar todos sus esfuerzos mentales en un determinado punto, ordenar al cerebro que se dedique exclusivamente a resolver o llevar a cabo una tarea en especial. El cerebro lo que hace es maximizar sus potencialidades para poder cumplir con la demanda y por tanto, trabajar al cien por ciento.
Entonces entre todas las actividades posibles para la gimnasia cerebral, los especialistas recomiendan tres consideraciones principales que son la observación aguda, la escritura y el constante aprendizaje.
La lectura constante y prolongada ayuda a mejorar la capacidad de razonamiento, condiciona la capacidad de observación y concentración, beneficia la agilidad mental, al mismo tiempo que trabaja con la memoria y las actitudes verbales. La observación aguda, como explicamos líneas arriba, impulsan el trabajo considerado de la capacidad cognitiva.
El aprendizaje se cuelve una actividad fundamental, sin importar la edad, debe ser considerada como una actividad que nunca se debe perder, ya sea aprender tareas nuevas o mantener una constante actualización profesional, esto ayudará a mantener frescas las capacidades cognitivas.
Ya sea de adulto o de joven, mantenerse en constante aprendizaje debería ser una costumbre que no debiera perderse, muchas veces esto sucede por la carga de trabajo que nos obliga a dejar de lado algunos estudios. Las tareas que nos brindan capacidad de aprender y mantenernos en constante crecimiento de información, tendrían que considerarse como fundamentales.
La alimentación y la capacidad de relajamiento también juegan un rol importante. El estrés y las preocupaciones, normales en nuestra vida diaria, evitan que la gimnasia mental sea eficiente. Por eso el control emocional, o inteligencia emocional como se le conoce también, es fundamentalmente importante para tener un bienestar cognitivo considerable.
Los beneficios de esta gimnasia cerebral son muchos, es la mejor capacidad de observación y de todas las funciones motrices, la mejora de la atención, la mejor capacidad de concentración, memoria e inclusive de la creatividad. Y lo mejor de todo, no es necesario esperar a la llegada del verano para empezar esta gimnasia.
Foto: La Prensa Gráfica
Foto: Haz Gimnasia Cerebral
Foto: Gimnasia Cerebral
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