El esfuerzo de las oposiciones
10:50h Miércoles, 23 de junio de 2010
Ahora que me voy a presentar a mis primeras oposiciones hago repaso de cómo ha sido mi preparación y saco las siguientes conclusiones. En primer lugar, creo que ha sido todo un acierto prepararme las pruebas por mi cuenta, recurriendo a la bibliografÃa adecuada y a los apuntes de la facultad, antes que ir a una academia. Trabajar los temarios por libre requiere un esfuerzo especial de sÃntesis y comprensión que las academias te ahorran, pero que es mucho más fructÃfero a largo tiempo. Además, estudiar lo que una academia te dicta –mejor no hablemos de lo que te cuesta– puede suponer un lastre cuando el tribunal que te evalúa pide originalidad en tu enfoque. Y en segundo lugar, creo que, como muchos de los preparadores a oposiciones piensa, la organización del estudio ha de ser, ante todo, eficaz. Por lo que, en este caso, es más conveniente echar mano de la estadÃstica y dedicar el esfuerzo solamente a una serie de temas y no a todos. Si la prueba consiste en 72 temas, por probabilidad, si estudias 40, en el examen te preguntarán dos. ¿Suerte o dedicación plena? Que cada opositor elija.
El concurso de oposiciones al que me refiero es para la Enseñanza Secundaria. Este año se han convocado en muchas comunidades autónomas, a destacar AndalucÃa o Castilla La Mancha. Sin embargo, en otras como Cataluña, se espera su convocatoria para el año 2011. Para presentarse a estas oposiciones únicamente es necesario ser licenciado o doctor, tener el certificado de aptitud pedagógica (CAP) y dominar la lengua oficial de la comunidad en la que te vayas a presentar –en algunas se hacen pruebas de idioma para opositores ajenos a la comunidad–.
Con respecto al tÃtulo de licenciado, éste no tiene que coincidir con la especialidad a la que uno se presente. Por ejemplo, si yo soy licenciado en FilosofÃa puedo presentarme a las oposiciones de Historia o Matemáticas. Eso sÃ, es lógico que me cueste menos trabajo superar una prueba a la que he dedicado varios años de carrera. En lo que se refiere al tÃtulo del CAP, desde el año 2010 ha sido sustituido definitivamente por un máster de pedagogÃa, más caro y más duradero –y quién sabe si más eficaz–.
Las oposiciones cuentan con dos pruebas que, en realidad, son tres. La primera es una prueba escrita sobre 72 temas, de los cuales salen cinco el dÃa del examen, a elegir uno. La segunda es una doble prueba que consiste en la elaboración de una programación con sus respectivas unidades didácticas, y en la defensa de dicha programación y de una de esas unidades didácticas, a escoger entre las tres que el tribunal elija al azar.
En definitiva, como todo en la vida, las oposiciones tienen una parte positiva y otra negativa. Sin duda, son una buena salida para conseguir un trabajo de gran estabilidad, satisfactorio y bien remunerado. No obstante, hay muchos que consideran que el trabajo de funcionario es monótono y limitado, por lo que para ellos las oposiciones supondrÃan un gran esfuerzo para un premio tan relativo.
Foto: Gonzalo Barroso