Cuando un niño de inteligencia normal, que ha llevado un desarrollo psicomotor normal, se inicia en el proceso del aprendizaje de la lectoescritura, y no todo marcha bien, es el momento de descubrir algunos problemas que hasta ahora no se habían revelado.
Si pasado un tiempo prudencial el niño o la niña incide en sus dificultades de aprendizaje, deberíamos hablar con el profesor y establecer un plan de acción. A veces, estas dificultades surgen a partir de una mala visión o una mala audición. Una visita al oftalmólogo o al otorrino, nos ayudará a discernir el problema.
Dado el caso de que ni el uno ni el otro vean problemas físicos en la visión o en la audición, y, a pesar de todo, las dificultades se mantienen. Tendríamos que optar por buscar la solución en otro sitio, por ejemplo, un especialista en dislexia.
Pero ¿qué tipos de dificultades nos pueden hacer pensar en una posible dislexia?
El niño disléxico, como hemos comentado más arriba, ve y oye con normalidad, pero no supera la fase de lectura logográfica y no consigue dominar la lectura alfabética fonológica, confunde las letras (b y d, m y n, p y q…), o supera la alfabética fonológica con más o menos dificultad, pero no logra llegar a la ortográfica, coloca las letras en otro orden (al por la), no consigue leer adecuadamente ciertas asociaciones del lenguaje como ble o pre, comete faltas al deletrear y lee parándose bruscamente ante ciertos pasajes que le parecen incomprensibles.
Al mismo tiempo, comete errores ortográficos, no asimila las reglas gramaticales, no reconoce los sonidos, oye ‘pasar’ y escribe ‘basar’, divide mal las palabras, escribe ‘estaca sa’ por ‘esta casa’ (estos dos casos son fácilmente detectables en los dictados que se le hacen en la escuela), confunde categorías gramaticales, confunde género y número…
No está muy claro el porqué de este problema (más abajo retomaremos este tema y comentaremos algunas teorías), pero, lo que no cabe duda es que no es que el niño o la niña (curiosamente, hay más casos de niños que niñas), decía que no es que el niño o la niña sean perezosos o no quieran leer, ni que el sistema de enseñanza elegido por el profesor sea inadecuado. Hay que evitar, ante todo, darle al niño la impresión de que ha fracasado escolarmente.
Sin culpar a nadie, lo que hay que hacer en estos casos es apoyar al niño, animarlo y ayudarlo a solucionar, en la medida de lo que sea posible, esta cuestión. Porque, la dislexia, contrariamente a los que muchos piensan tiene solución.
Es verdad que hay diferentes grados de dislexia, y va a depender de esto, el que sea más o menos fácil de solucionar. Normalmente, el especialista, una vez determinado el grado, a través de diferentes ejercicios, determinará el grado e iniciaremos un método terapeútico para resolver los problemas de lectura o escritura que tenga el niño o la niña. Con sesiones de reeducación de unos treinta o cuarenta y cinco minutos, una o dos veces por semana, en varios meses, o años (según el grado), el problema se puede superar.
¿Cuáles son las causas de las dislexias?
Ya hemos comentado que no está muy claro, sólo se tiene constancia de algunos fenómenos coincidentes, por ejemplo, el hecho de que sea una dificultad más frecuente en niños que en niñas, que es más asiduo en niños que han tenido un desarrollo oral tardío (probablemente, esto, en ocasiones, sea una manifestación de la misma dislexia), y en niños/as cuyos padres tuvieron dificultades similares. Sin que esto quiera decir que los niños que tarden un poco más en hablar o aquellos cuyos padres tuvieran dificultades disléxicas, tengan que ser forzosamente disléxicos a su vez.
Sin adentranos mucho en este tema, veamos algunas posibilidades: para algunos investigadores, la dislexia está relacionada con la existencia de anomalías microscópicas en determinadas regiones cerebrales. Algunos creen que se debe a la predominancia de un hemisferio cerebral sobre el otro.
Otros creen que se trata de una anomalía genética. Y hay quienes opinan que se deben básicamente a dificultades psicológicas.
En cuanto a los tipos de dislexias, hay varias clasificaciones, unas que atienden al momento en el que se detecta, otras atendiendo al grado y las que atienden a los síndromes relacionados.
Según esta última clasificación, habría:
- Una dislexia auditiva y visual (que se referiría a los síndromes audiofonológicos y visoespaciales): Los niños con dislexia auditiva presentan dificultad para diferenciar sonidos del habla, para analizarlos y nombrarlos. También tienen problemas para recordar series y problemas con la rima. En los niños con dislexia visual aparecen dificultades en tares de percepción y discriminación visual. Muestran errores de orientación, problemas de discriminación entre tamaños y formas, confusiones entre grupos de letras y dificultades para transformar letras en sonidos.
- Dislexias relacionadas: con trastornos lingüísticos (dificultades auditivas, trastornos en la comprensión y dificultades para distinguir sonidos), con trastornos referidos a la articulación del habla (perturbaciones en habilidades grafomotrices y dificultad para combinar sonidos, aunque se oyen bien), y, finalmente, con trastornos que generan problemas de memoria y de identificación visual que dificulta la reproducción con la memoria de formas observadas.
- Dislexias relacionadas con síndromes caracterizados por problemas de asimilación de los componentes sintácticos, semánticos y fonológicos de la lengua que dificultarían el reconocimiento de estructuras oracionales, anomalías en el reconocimiento de los significados de ciertas palabras o en la reproducción de ciertos elementos fonológicos.
Como verán, lo que hemos traído aquí es simplemente un bosquejo de un tema mucho más amplio, si están interesados en él y quieren más información, en internet encontrarán para todos los gustos, algunas con bastante profundización en aspectos científicos, otras atendiendo principalmente a la dimensión educativa y social , otras con una orientación totalmente divulgativa, pero, lo más importante es que, en caso de necesitarlo, consulten lo antes posible con un especialista, pues, cuanto antes sea la detección del problema, más fácil será solucionarlo.
Hay otras anomalías que afectan también al aprendizaje, en mayor o menor medida:
- Las afasias: Alteración en la comprensión del lenguaje y, con frecuencia, la elocución abundante y sin sentido.
- Dislalias, mal pronunciamiento de algunos sonidos, debido a malformaciones en labios, dientes, faringe…, aunque no se descartan también razones psicosomáticas.
- Dislogias , son anomalías en la lógica y en los contenidos de la expresión oral. Hay diferentes grados y presentaciones.
-La Disgrafía o incapacidad de reproducir un código escrito.
- Tartamudeo, Se caracteriza por la repetición frecuente o la prolongación de sílabas, palabras o sonidos, con falta de fluidez en el lenguaje.
Como dijimos, para el caso de las dislexias, en estas y otras anomalías que dificultan el aprendizaje y las relaciones sociales de los niños y de las niñas, es fundamental la detección temprana, esto hará que se controlen mucho mejor.