La cultura se define como el conjunto de manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo. Sin embargo, se puede escarbar más allá de la mera definición enciclopédica y ver la cultura desde múltiples ámbitos. En el caso de la psicología freudiana, la cultura ocupa un papel fundamental en el desarrollo y funcionamiento de una sociedad, pero también es causante de una angustia a veces patológica.
El artículo “El malestar de la cultura” vio la luz en 1930. En éste, el padre del psicoanálisis Sigmund Freud planteó la insatisfacción del hombre debido a la cultura, puesto que esta se encarga de controlar sus impulsos eróticos y agresivos. El hombre tiene una agresividad innata que puede desintegrar la sociedad, y la cultura sería la encargada de controlar esta agresividad internalizándola bajo la forma de Súper yo y dirigiéndola contra el Yo.
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Recordemos la tricotomía de Freud, quien dividió la psiquis en tres partes:
*Ello, que sólo busca la satisfacción de los impulsos orgánicos. No posee noción del tiempo ni de lo que está bien o mal, puesto que no responde a imposiciones culturales, sino a sus propias pulsiones.
*Yo, lo que está en contacto con la realidad, una parte más exterior del Ello o la que se a modificado por estar en contacto con la realidad.
*Súper yo, la parte ética y moral que ha sido creada en el hombre por las enseñanzas de nuestros padres o cuidadores y por las creencias culturales que nos frenan. El Súper yo limita al Ello para que Yo pueda vivir en armonía.